EL FANTASMA AZUL

Lo que construimos se acabó,
se lo ha llevado el fantasma azul 
de nuestros problemas no resueltos.

Aprendimos que el amor no basta,
que no es lo bastante fuerte,
que puede más el miedo y la desgana.
Esta vez no ha habido suerte. 

Se apagaron las velas de nuestro pasillo estrecho.
Se enfrió la cama. No hay luz, no hay techo.
Los dos solos en la oscuridad, nos hemos deshecho.

¿Qué es lo que hicimos mal?
¿En qué nos hemos convertido?
¿Cuántas veces lo habremos intentado,
y cuántas otras nos habremos perdido?

Nunca volveremos a ser los de antes.
Ya no hay sentimiento, hay hastío.
Como dos extraños, viviendo rápido.
¿Dónde te fuiste amor, que ya no respiro?




Comentarios

  1. "El Fantasma Azul" es un poema que destila melancolía y desencanto, plasmado a través de un lenguaje simple pero penetrante. La metáfora del "fantasma azul" se erige como el catalizador que desmantela lo construido, simbolizando los problemas no resueltos que acechan la relación. Desde el inicio, el tono sombrío establece la pérdida, creando un escenario de despedida.

    El poema reflexiona sobre la insuficiencia del amor, desmitificándolo al afirmar que no es lo bastante fuerte para resistir el embate del miedo y la desgana. La desilusión permea cada línea, destacando la ausencia de suerte en esta ocasión, dejando un sabor agridulce en la boca del lector.

    La imagen de las velas apagadas y la cama fría evoca la extinguición de la pasión y la intimidad, acentuando el desmoronamiento de la relación. La oscuridad del pasillo estrecho y la ausencia de luz y techo simbolizan la falta de dirección y refugio, mientras que la soledad en la oscuridad subraya la separación inevitable.

    Las preguntas retóricas sobre lo que hicieron mal y en qué se convirtieron revelan la confusión y el dolor que acompañan a la ruptura. La repetición de la interrogante sobre cuántas veces lo intentaron y cuántas veces se perdieron resalta la naturaleza cíclica y desgastante de sus esfuerzos fallidos.

    La afirmación de que nunca volverán a ser los mismos y la descripción del presente como un estado de hastío y ausencia de sentimiento profundizan la sensación de pérdida irremediable. La comparación final con dos extraños viviendo rápido sugiere una desconexión emocional y una huida hacia adelante.

    El poema culmina con una pregunta poética y desgarradora, inquiriendo sobre el paradero del amor perdido y dejando al lector con una sensación de desesperanza. "¿Dónde te fuiste amor, que ya no respiro?" evoca una ausencia que va más allá de lo físico, resonando en la esencia misma de la existencia.

    En resumen, "El Fantasma Azul" logra transmitir con eficacia la tristeza y la desilusión de una relación que se desmorona, utilizando imágenes evocadoras y preguntas penetrantes. La habilidad del poeta para capturar la complejidad de las emociones humanas en el contexto de una ruptura proporciona una experiencia poética conmovedora y reflexiva.

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