Cuando la mentira se convierte en adicción

Según la Wikipedia, la mentira es una declaración realizada por alguien que cree o sospecha que es falsa en todo o en parte, esperando que los oyentes le crean, ocultando siempre la realidad en forma parcial o total.

Error. Para empezar la mentira puede ser una declaración, o no. De hecho las peores mentiras no son aquellas que se dicen sino aquellas que se van fraguando poco a poco dentro de uno hasta derivar en un acto de egoísmo puro.

Una vez lanzada la primera mentira ya es imposible parar, a menos que seas valiente. Pero hasta ahora a pocas personas mentirosas he conocido con el coraje suficiente de reconocerte a la cara que han mentido. Siempre hay una excusa, una razón expiatoria o simplemente una manera sencilla de desaparecer del mapa para evitar afrontar la verdad tal y como es, con todas sus consecuencias.

Porque a veces la verdad duele. Pero, ¿acaso no duele más mirar a alguien a los ojos sabiendo que le estás mintiendo? A mi sí. Seré un bicho raro o una especie en extinción, no lo sé. Solo sé que la vida no siempre es justa y que lo justo es saberlo.

Luego hay mentiras, mentirijillas y omisiones de la verdad por el bien ajeno. Las primeras son las imperdonables, las que te dicen mucho de quien te las regala. De las segundas, mejor no abusar, pero no vas a crucificar a nadie por ellas. Y en cuanto a las omisiones de la verdad, son peligrosamente subjetivas.

Terminar el post dedicando unas líneas a los mentirosos compulsivos. Porque he decidido que el único tiempo que voy a perder con ellos va a ser el minuto que me lleve escribir este párrafo. Cuanto más lejos, mejor. Son altamente nocivos y su afición por mentir es adictiva, es decir, si te mintieron alguna vez en algo importante, lo van a hacer siempre, comprobado.

Como dice esta canción de Lagarto Amarillo, 'Diga lo que te diga, te estoy mintiendo de verdad'.



Y si queréis desahogaros un poco cantando a todo pulmón, aquí os dejo una interesante lista de reproducción sobre esta lacra que es la mentira.

Por favor señores, un poco de autenticidad.


Comentarios

  1. También de las mentiras se aprende. ¿También los mentirosos pueden cambiar?
    http://ainoqui.blogspot.com.es/2007/11/sobre-el-honor.html

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